AÑO (1830–1930) HASTA LO ACTUAL

CUESTIONES RELACIONADAS A HERMANDAD E INSPIRACIÓN (1830–1930)

Reunión en Plymouth; Las condiciones en la Suiza francesa; Las visitas de Darby; El desarrollo en su sistema; “La iglesia en estado de ruina”; Augusto Rochat; La diferencia entre la enseñanza de Darby y la de los hermanos que tomaban el Nuevo Testamento como el modelo para las iglesias; El cambio del principio congregacionalista al católico; La propagación de las reuniones; La carta de Grovesa Darby; La sugerencia de una autoridad central; Darby y Newton; Darby y la iglesia en Bethesda, Bristol; Darby excluye a todos los que no se unen a él en su decisión de excluir a la iglesia en Bethesda; Aplicación universal del sistema de excluir a las iglesias; Las iglesias que no aceptaron el sistema de exclusión; Su influencia en otros círculos; Fundación de iglesias en muchos países sobre el modelo del Nuevo Testamento; El racionalismo; La crítica bíblica; Incremento de la circulación de las Escrituras.

REUNIÓN EN PLYMOUTH, INGLATERRA

Una reunión en Plymouth, en la que algunos de los presentes tenían contactos personales con los de Dublín y los de Bristol, pronto resultó ser muy influyente, tanto por la cantidad de participantes como por los sorprendentes dones de algunos de sus líderes y maestros. Fue precisamente debido a la importancia que adquirió este encuentro en aquel momento que se originó el nombre de “Los hermanos de Plymouth”. Entre sus maestros los más eminentes fueron Benjamín Wills Newton y J. N. Darby.
Este último estaba relacionado a una asamblea en Londres, pero al dedicarse por entero al ministerio de la Palabra, viajó constantemente y ministró con frecuencia en Plymouth. Darby, a diferencia de sus colegas, aún enseñaba el bautismo de infantes, aunque había abandonado la Iglesia Anglicana. Sin embargo su doctrina acerca del bautismo de infantes se diferenciaba de la doctrina de la Iglesia Anglicana, llegando a parecerse a la de Pelagio, quien lo consideraba como una presentación del bautizado a un círculo en don de él pudiera recibir la gracia de Dios. F. W. Newman, alguna vez relacionado con A. N. Groves en Bagdad, se convirtió en un poderoso exponente del racionalismo, y su hermano, Juan Henry Newman, se convirtió en un líder principal de los tractarios, o sea, los del Movimiento de Oxford por medio del cual se inició el avivamiento anglo-católico en la Iglesia Anglicana. A su vez, Juan Nelson Darby pasó por fases de desarrollo igualmente notables.

CONDICIONES EN LA SUIZA FRANCESA

En 1838, Darby aceptó una invitación a la Suiza francesa. Las condiciones espirituales prevalecientes allí parecían propicias para un avivamiento. Los ministros de la Iglesia nacional habían sido capturados, en su gran mayoría, por el racionalismo de la época. Esto había conducido al surgimiento del movimiento de la “iglesia libre”, que aun así no había satisfecho completamente los deseos de sus partidarios. Ya hacía cien años que Zinzendorf y su grupo de colaboradores habían fundado un grupo considerable de buscadores y testigos serios, y persistían aún vestigios de sus obras. En las montañas vecinas de Jura todavía existían asambleas de creyentes que habían sido fundadas bíblicamente, y que habían sido perseguidas como anabaptistas.
En Ginebra quedaban los frutos de las lecturas de la Biblia de Roberto Haldane. Los líderes principales del movimiento de la “iglesia libre” allí habían estado influenciados por ellas y un resultado de esto se hizo visible en la asamblea llamada “La nueva iglesia”, la cual se reunió desde 1818 en Bourg de Four y posteriormente en la capilla de la Pélisserie.
Otros movimientos habían tenido lugar o estaban teniendo lugar, tanto dentro como fuera de la Iglesia nacional. El que guardaba relación con S. H. Fröhlich, desde 1828, había dado un auge al avivamiento. Gaussen y Merle D’Aubigné habían intentado llevar nuevamente la Iglesia nacional del racionalismo a las enseñanzas de Calvino. Otros se encontraban combatiendo la doctrina de la Iglesia y el estado y estaban fomentando la “iglesia libre”, como fue el caso de Vinet, quien, con otros ocho teólogos, abandonó la Iglesia del estado en 1840, seguido cinco años más tarde por una gran cantidad de pastores.
En medio de tanta conmoción y transformaciones, Darby con sus dones extraordinarios encontró una buena aceptación. Por algún tiempo se asoció a la iglesia de Bourg de Four. Su ministerio resultó ser de gran aceptación, mientras él hablaba de la segunda venida del Señor, de la posición de la iglesia, del creyente considerado como “en Cristo”, y exponía las Escrituras proféticas. Su disposición de tener hermandad con todos los creyentes sin importar sus vínculos con cualquier iglesia, atrajo a muchos. Sus reuniones en Lausana, las cuales contaron con una amplia asistencia y fueron muy estimadas, poco a poco formaron en torno a él un grupo especial “la reunión” donde él desarrolló más ampliamente sus opiniones particulares sobre la iglesia.

DARBY ACERCA DE LOS DIVERSOS PERÍODOS

Con relación a los diversos períodos o las diversas etapas en el trato de Dios con los hombres, Darby enseñaba que cada una había fracasado desde sus inicios:
En cada ejemplo hubo un fracaso total e inmediato por parte del hombre; sin embargo, la paciencia de Dios ha podido tolerar y llevar a cabo por gracia el período en el cual el hombre había fracasado en el principio; y además no hay un solo ejemplo de la restauración de cierto período dado a nosotros, aunque pudieran haber avivamientos parciales de cierto período por medio de la fe.
Los ejemplos dados de estos fracasos en el principio de los períodos son: la embriaguez de Noé, el caso cuando Abram fue a Egipto y allí negó a Sarai, y el becerro de oro hecho por el pueblo de Israel.
Lo mismo se afirmaba de la iglesia. “Hubo”, enseñaba Darby, “una desviación moral de Dios en el seno del cristianismo”. Incluso en la vida de los apóstoles la “apostasía”, “los tiempos peligrosos”, “la última hora”, “la apostasía de la fe” y la obra del “misterio de la iniquidad” ya estaban presentes. Los apóstoles fracasaron en llevar a cabo la comisión del Señor de ir por todo el mundo y predicar el Evangelio a toda criatura; además, permanecieron en Jerusalén cuando debieron haber huido de allí. Un nuevo apóstol a los gentiles surgió para suplir su insuficiencia.
“De esta manera”, escribe Darby, “…este período, al igual que cualquier otro, fracasó y se interrumpió en el mismo principio fracasó en el principio —apenas se hubo establecido por completo cuando resultó ser un fracaso.

SU ENSEÑANZA SOBRE LA IGLESIA

Él entonces pregunta si los creyentes son competentes “en nuestros días, para formar iglesias organizadas según el modelo, como ellos suponen, de las iglesias primitivas” y “si la formación de tales cuerpos es conforme a la voluntad de Dios”. Su respuesta es “no”, por cuanto “la iglesia se encuentra en un estado de ruina la primera desviación es fatal y es una base de juicio la Escritura nunca registra una recuperación de tal estado Reconocer que vivimos en una apostasía que se está apresurando hacia su consumación final, en lugar de en una iglesia o en un período que Dios está sustentando por medio de su fidelidad de gracia, altera toda la posición del alma”, señala Darby.
En la Escritura, escribió Darby, vemos:
(1) La unión de todos los hijos de Dios;
(2) La unión de todos los hijos de Dios en cada localidad;
Este estado de cosas, que aparece en la Palabra de Dios, ha dejado de existir, y la pregunta a que debe responderse no es otra que: ¿Cómo debe juzgar y actuar el cristiano cuando un estado de cosas que se presenta ante nosotros en la Palabra de Dios ya no existe?
Ciertamente usted dirá, “Él debe restaurarlo”. Su respuesta es en sí una prueba del mal. La misma supone que hay poder en nosotros mismos. Yo diría, escuche la Palabra de Dios y obedézcala, porque se aplica a semejante estado de declinación. Su respuesta da por sentado dos cosas: primero, que es conforme a la voluntad de Dios restablecer el orden o el período a su base original después que ha fracasado; y, segundo, que usted es capaz y tiene la autoridad para restaurarla.
Antes de que yo pueda acceder a sus pretensiones debo ver, no sólo que la iglesia era así en el principio, sino, además, que es conforme a la voluntad de Dios que la iglesia sea restaurada a su gloria primitiva. Más aun, debo entender que a una unión voluntaria de “dos o tres” o de dos o tres y veinte, o de varios cuerpos similares, se le da el derecho, en cualquier localidad, de llevar el nombre de “iglesia de Dios”, cuando esa iglesia originalmente era una unión de todos los creyentes en cualquier localidad.
Además, usted debe aclararme, si asume semejante posición, que por medio del don y el poder de Dios usted ha tenido tanto éxito en reunir a creyentes como para que legítimamente pueda tratar a aquellos que se niegan a responder a su llamado como a cismáticos, autocensurados y extraños a la iglesia de Dios. Y permítame aquí hacer hincapié en una consideración de suma importancia que aquellos que están empeñados en hacer iglesias han pasado por alto.
Han tenido sus pensamientos tan ocupados en sus congregaciones que casi han perdido de vista a la iglesia.
De acuerdo a la Escritura la suma total de las iglesias aquí en la tierra compone la iglesia, al menos la iglesia en la tierra. La iglesia en cualquier parte no era más que la asociación regular de cualquier parte integrante de todo el cuerpo de la iglesia, o sea, de todo el cuerpo de Cristo aquí en la tierra. De modo que aquel que no fue miembro de la iglesia en el lugar en que vivió no fue miembro de la iglesia de Cristo.

SU TEORÍA DE LA “IGLESIA EN ESTADO DE RUINA”

La iglesia está en un estado de ruina si el cuerpo profeso no se encuentra en un  estado de ruina, entonces le pregunto a nuestros hermanos disidentes: ¿Por qué la han abandonado? Si está en tal estado, confiesen esta ruina, esta apostasía, esta desviación de su estado original  ¿Cómo, pues, obrará el Espíritu Santo? ¿Cuál será el actuar de la fe de uno como tal? Reconocer el estado de ruina en que se encuentra la iglesia; tenerlo presente en su conciencia y, en consecuencia, humillarse.
¿Acaso nosotros, que somos culpables de este estado de cosas, debemos fingir que sólo tenemos que atacarlo y remediarlo? No; el intento sólo demostraría que el estado no nos ha humillado. Más bien, busquemos en toda humildad lo que Dios nos dice en su Palabra acerca de dicho estado de cosas; y no tratemos, como niños necios que han roto un jarrón preciado, de unir los añicos y componerlo con la esperanza de ocultar el daño de la vista de los demás.
Yo mantengo este argumento ante aquellos que se esfuerzan por organizar iglesias. Si las iglesias verdaderas existen, estas personas no estarían llamadas a hacerlas. Si, como ellos dicen, ellas existieron al principio pero han dejado de existir, en ese caso el período se encuentra en ruinas y en un estado de completa desviación del estado original establecido por Dios. Ellos están, por lo tanto, asumiendo la tarea de restablecerla.
Este intento es lo que ellos tienen que justificar; de lo contrario, el intento no tiene nada que lo justifique Dedicarse a establecer nuevamente la iglesia y las iglesias sobre la base en que se encontraban al principio es reconocer el hecho del fracaso existente sin someternos al testimonio de Dios y a sus propósitos con relación a tal estado de ruina.
La pregunta que se presenta ante nosotros no es si tales iglesias existieron en el período en que la Palabra de Dios fue escrita; sino que si después que, a causa del pecado del hombre, ellas han dejado de existir y los creyentes han sido dispersados, aquellos que se han tomado el cargo apostólico de restablecerlas a su estado original, y de esta manera volver a establecer todo el período, han comprendido realmente la voluntad divina y están provistos del poder para llevar a cabo la obra que han asumido como su responsabilidad.
Yo indago lo que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo dicen acerca del estado de la iglesia caída, en lugar de arrogantemente tomarme el derecho de restablecer lo que el Espíritu Santo ha dicho de la condición original de la iglesia.
De lo que me quejo es que se ha seguido las ideas de los hombres y que lo que el Espíritu Santo ha registrado como algo que existió en la iglesia primitiva ha sido imitado, en lugar de buscar lo que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo han declarado con relación a nuestro estado actual
La obediencia, y no la imitación de los apóstoles, es nuestro deber en tales circunstancias Cuando se nos dice que todas las instrucciones para las iglesias son para todos los tiempos y lugares, yo me atrevo a preguntar si estas son para tiempos y lugares en que las iglesias no existen... y volvemos de nuevo a la pregunta: Si el período está en ruinas, ¿quién debe hacer las iglesias?

REUNIRSE EN “LA UNIDAD DEL CUERPO

Si se me pregunta qué tienen que hacer los hijos de Dios en las circunstancias actuales de la iglesia, mi respuesta es muy simple. Ellos tienen que reunirse en la unidad del cuerpo de Cristo fuera del mundo En cuanto a los detalles, prestemos atención a la promesa del Señor: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18.20).
Eso es lo que necesita el corazón que ama a Dios y está cansado del mundo. Apóyense en esa promesa del Señor, ustedes, hijos de Dios, discípulos de Jesús. Si dos o tres de ustedes se congregan en su nombre, él estará allí. Es allí que Dios ha puesto su nombre, como en el tiempo antiguo en su templo en Jerusalén. Ustedes no necesitan otra cosa que congregarse en fe. Dios está en medio de ustedes; ustedes verán su gloria  Recuerden, además, que cuando los discípulos se reunían, era para partir el pan Si Dios nos envía o levanta entre nosotros a alguien que pueda alimentan nuestras almas, recibámosle con gozo y agradecimiento de Dios, conforme al don que le haya sido otorgado.
Nunca hagan ningún reglamento; el Espíritu Santo los guiará En cuanto a la disciplina, recuerden que el aislamiento es el recurso extremo  Preservar la santidad de la mesa del Señor es un deber innegable  Se lo debemos al propio Cristo. Pudieran darse los casos en que repelamos con temor la manifestación de pecado (Judas 23); pero, por otra parte, ¡cuidado con el espíritu crítico, como con el fuego en su casa! “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Si todo el sistema colectivo ha llegado a nada, yo vuelvo a ciertos principios benditos e inalterables de los cuales todo se deriva. Todo surge del acto de congregarse “dos o tres”. A este acto Cristo ha sujetado, no sólo su nombre, sino también su disciplina, el poder de atar y desatar.
En lo referente a abandonar una asamblea o establecer, como se dice, otra mesa, Darby escribe:
Yo no le temo tanto a esto como algunos otros hermanos, pero debo explicar mis razones. Si esta o aquella asamblea fuera la iglesia en este lugar, abandonarla sería cortarse a uno mismo de la asamblea de Dios.
Pero, aunque dondequiera que hayan dos o tres congregados en el nombre de Cristo él está en medio de ellos, y, en cierto sentido, también está la bendición y responsabilidad de la iglesia, si cualquiera de los cristianos que la componen se reuniesen para establecer la iglesia o llevaran a cabo cualquier acto formal con esa pretensión, yo debo apartarme de ellos, por ser esa una falsa pretensión y por negar el mismo testimonio del estado de ruina que Dios nos ha llamado a proclamar. Habría dejado de ser la mesa del pueblo y el testimonio de Dios, al menos de manera inteligente.
Sin embargo, por otra parte, el testimonio unido a la verdad es la mayor bendición posible desde lo alto. Y pienso que si alguien, por medio de la carne, se separara de dos o tres que andan en piedad ante Dios en la unidad de todo el cuerpo de Cristo, no sería simplemente un acto cismático, sino que sin falta se privaría a sí mismo de la bendición de la presencia de Dios.
Entre los tantos en Suiza que se opusieron a las opiniones de Darby, uno de los más distinguidos, tanto en carácter como en habilidad, fue Augusto Rochat. Él, al referirse a la expresión, “la iglesia en ruinas”, demostró que la iglesia como un cuerpo unido no puede estar en ruinas, aunque los individuos pueden caer. Él señaló que, si bien las Sagradas Escrituras hablan de las asambleas, en sentido general no se refieren a los grupos de creyentes que viven en la tierra, dispersos en diferentes lugares, como la asamblea o la iglesia.
La iglesia, como una asamblea general, incluye a los creyentes de todos los tiempos y lugares, tanto a los que ya no viven en la tierra como a los que aún no han nacido: las asambleas locales simplemente están unidas por medio del amor y la hermandad fraternal. Darby enseñaba que sólo los apóstoles o sus representantes habían tenido el derecho de elegir o nombrar a los ancianos en la iglesia, pero que en estos tiempos de apostasía aquellas personas que son dotadas por Dios para un servicio especial pueden ser reconocidas, pero no por una designación oficial. Rochat, por su parte, contestó a esto que en la Escritura no existe ningún pasaje que apoye esta afirmación, sino que por el contrario las asambleas tuvieron este derecho de elegir a los hombres para ciertos cargos en la iglesia y los presentaron ante los apóstoles para que ellos los reconocieran y les impusieran las manos.
Rochat se negó a aceptar las expresiones de Darby de “ruina” y “apostasía” como términos aplicables a la iglesia. Un estado de cosas no puede apostatar, sólo un individuo puede hacerlo. La asamblea verdadera nunca apostata.
La Palabra de Dios nunca habla de la apostasía de la iglesia. La teoría de Darby del fracaso inmediato de cada uno de los períodos, y especialmente de “la ruina de la iglesia”, así como sus deducciones a raíz de su teoría, lo ubicaron, en principio, en contra de todos aquellos que, a lo largo de la historia de la iglesia, han seguido las enseñanzas y el modelo del Nuevo Testamento o han regresado a aquellas Escrituras como a una guía segura y permanente.

EL CARÁCTER DE LA ENSEÑANZA DE DARBY

Su opinión de que las iglesias dejaron de existir casi tan pronto como fueron completadas las epístolas escritas para su dirección, dejaría a una gran parte del Nuevo Testamento inaplicable a las condiciones actuales.
Su enseñanza suprime la independencia de las congregaciones de creyentes y su relación directa con el Señor, presentando, además, la idea de un cuerpo, la entrada al cual o la exclusión del cual, por parte de cualquiera de los dos lados, es obligatorio para todo el cuerpo; el principio congregacionalista es cambiado por el católico.
Aunque él condenaba la formación de iglesias, las reuniones de dos o tres o más personas que él recomendaba ejercían poderes disciplinarios, no sólo en sus propios círculos locales, sino también extendiéndose a todo el sistema del cual ellas formaban parte.

LAS BENDICIONES ESPIRITUALES

A pesar de estas limitaciones, mucho poder y bendición espiritual fueron el resultado de esa parte de la enseñanza de Darby que reanimó las verdades contenidas en la Escritura. En su enseñanza, él no sólo señaló la debilidad de las denominaciones existentes, sino que su ministerio estimuló la fe en Dios y el ocuparse en su Palabra, reavivó la expectación de la venida del Señor con sus influencias santificadoras, y enfatizó la libertad del Espíritu, quien concede dones conforme a su voluntad por medio de los distintos miembros del cuerpo de Cristo. En las reuniones se experimentó mucha bendición espiritual. Las reuniones se propagaron rápidamente no sólo en Suiza, sino también en Francia y Bélgica, Alemania y Holanda, Italia, y más allá.
Los miembros de este grupo formaron un círculo estrecho de comunión entre sí, y esto pronto condujo a la separación de muchos con quienes Darby se había relacionado anteriormente. Cerca de sesenta miembros se separaron de la asamblea de Bourg de Four (1842) y se unieron a las reuniones de Darby. Lo mismo sucedió en el cantón de Vaud donde muchos abandonaron la “iglesia libre” para dar el mismo paso.
El desarrollo de Darby fue considerado como algo con tendencias peligrosas por algunos que aún lo estimaban personalmente con el mismo amor y respeto de siempre, como se puede apreciar en una carta escrita a él en 1836 por Groves a su regreso a la India después de una visita a Inglaterra. Él escribió:

CARTA DE GROVES A DARBY

Deseo que usted tenga la seguridad de que nada ha separado mi corazón de usted o disminuido mi confianza en que usted aún está motivado por los mismos propósitos generosos y amplios que una vez también me cautivaron. Y aunque pienso que se ha desviado de los principios por medio de los cuales usted una vez esperó llevarlos a cabo, y en principio está regresando a la ciudad de donde partió, mi alma aún confía tanto en la verdad de su corazón a Dios que en mi opinión se requiere de sólo uno o dos pasos para avanzar y usted verá todos los males de los sistemas de los cuales profesa estar separado, surgiendo entre ustedes mismos.
Usted no descubrirá esto tanto a través de las obras de su propia alma como a través del espíritu de aquellos que el principio han sido nutridos en el sistema, el cual han aprendido a considerar como el único aceptable, los que no habiendo sido dirigidos como usted (y [aun] algunos de los que primeramente se asociaron con usted) a través de experiencias de profundo sufrimiento y tristeza, saben poco de la verdadera verdad que puede existir en medio de la oscuridad inconcebible; tales personas tendrán muy poca piedad y compasión, y la unión entre ustedes será más una cuestión de doctrina y opinión que de luz y amor.
El gobierno entre ustedes llegará a transmitir, abrumadoramente, la autoridad de los hombres, aunque tal vez no parezca ni se diga así; ustedes serán más conocidos por aquello de lo que testifiquen en contra que por aquello de lo que testifiquen a favor, y resultará que prácticamente ustedes testifican en contra de todo menos de sí mismos.
Se ha afirmado que yo he cambiado mis principios; lo único que puedo decir es que, hasta donde entiendo cuáles eran esos principios, en los cuales me glorié al descubrirlos en la Palabra de Dios, ahora me glorío en ellos diez veces más después de haber experimentado su aplicación a todas las diversas y complejas circunstancias del estado actual de la iglesia; lo que le permite a uno darle a cada individuo, y grupo de individuos, el lugar que Dios les da, sin identificarse uno mismo con ninguno de sus males. Yo siempre entendí que nuestros principios de comunión eran nuestra posesión de una vida común de la familia de Dios estas fueron nuestras primeras consideraciones y aún son las más maduras que tengo.
La transición que sus pequeños cuerpos de creyentes han sufrido, al ya no ser testigos a favor de la verdad simple y gloriosa, sino testigos en contra de lo que ellos consideran error, a mi entender los ha lanzado del cielo a la tierra Lo que quiero decir es que en aquel entonces todos nuestros pensamientos giraban en torno a cómo podríamos nosotros manifestar eficazmente aquella vida que habíamos recibido por medio de Jesús (sabiendo que sólo eso podría ser como la voz del Pastor a sus hijos vivos) y dónde podríamos encontrar aquella vida en los demás; y cuando estábamos seguros de que la habíamos encontrado, les invitábamos, sobre la base de nuestra participación divina en esta vida común (aun si en sus pensamientos sobre otros asuntos fueran intolerantes o generosos) a venir y compartir con nosotros, en la hermandad del mismo Espíritu, en la adoración a nuestra misma Cabeza; y como Cristo los había recibido, así nosotros también los recibíamos para la gloria de Dios Padre; y más aún, para que fuésemos libres, dentro de los límites de la verdad, para participar con ellos en parte, aunque no en todo, en sus servicios.
Yo infinitamente soportaría todos sus errores antes que separarme de lo bueno que tienen sintiéndome seguro en mi propio corazón de que el amplio y generoso espíritu de usted, tan ricamente enseñado por el Señor, algún día romperá nuevamente esas ligaduras con que los que tienen una mente más cerrada que la suya lo han atado, y saldrá nuevamente, ansioso por hacer avanzar a todos los miembros vivientes de la Cabeza hasta alcanzar la estatura de hombres, en lugar de ser limitado por pequeños cuerpos, por numerosos que sean, que lo reconocen a usted como su fundador.
El hecho de que se consideró también la idea de una autoridad central resulta evidente en una carta de Wigram, uno de los partidarios más cercanos de Darby, en la cual él hace la pregunta con relación a las reuniones en Londres: ¿Cómo deben regularse en estas partes las reuniones para la comunión de los santos? ¿Sería para la gloria del Señor y el avance del testimonio tener una reunión central, que fuera la responsabilidad de todos los que se encuentren dentro de su alcance, y que tuviera tantas reuniones subordinadas a ella como la gracia lo permita? ¿O será mejor permitirles a las reuniones que crezcan como puedan sin relación entre sí y dependiendo únicamente de la energía de sus individuos?
Al regresar en 1845 de una visita al Continente, Darby fue a Plymouth para tratar con las condiciones imperantes allí que en su opinión eran insatisfactorias debido a la influencia y enseñanza de Newton. Hacía mucho tiempo que existía divergencia entre estos dos hombres capaces. Diferían en sus opiniones acerca de la verdad de los diferentes períodos, acerca de la profecía y acerca de temas relacionados al orden de la iglesia. No había sido poca la polémica que había surgido entre ambos, tanto de forma verbal como escrita, y un espíritu de rivalidad había crecido. La visita de Darby llevó las cosas a una crisis.
Al final de una reunión un domingo por la mañana, él anunció su intención de “dejar la asamblea”, y luego de algunas semanas comenzó a partir el pan en Plymouth con sus partidarios, separados de la asamblea original.

DARBY Y LA ENSEÑANZA DE NEWTON

Aproximadamente dos años después de esto, algunos apuntes manuscritas tomados por un oyente de un discurso dado algún tiempo antes por Newton, cayeron en manos de uno de los simpatizantes de Darby. Los apuntes contenían algunos comentarios sobre los Salmos, y Darby y sus amigos sostuvieron que en estos comentarios, Newton, al explicar su aplicación típica a Jesús, había enseñado una doctrina no ortodoxa con relación a la naturaleza de los sufrimientos de Cristo durante su vida en la tierra, y en la cruz. Los apuntes fueron publicados sin contactar a Newton para corroborarlos; se destacó el carácter no ortodoxo de los apuntes, se hicieron deducciones, y sobre Newton cayeron acusaciones de herejía.
Newton, al repudiar la doctrina deducida de estos apuntes, y al afirmar su firme e incuestionable creencia en Cristo como verdadero Dios y verdadero hombre, sin pecado, admitió haber usado expresiones a partir de las cuales se podía llegar de manera legítima a conclusiones erróneas. Fue por esta razón que él publicó Una declaración y un reconocimiento con relación a ciertos errores doctrinales, en el cual confesó su error y reconoció que era un pecado. Además, se retractó de todas sus declaraciones, escritas y verbales, en las cuales pudiera encontrarse su error, expresó su angustia por haber herido a alguien y rogó que el Señor no sólo lo perdonara a él, sino que contrarrestara cualquier efecto negativo. Este reconocimiento no tuvo el menor efecto sobre los acusadores de Newton, quienes continuaron empeñándose en relacionarlo con la herejía que él negaba.
Cuando tuvo lugar la división en Plymouth, la iglesia en la Capilla Bethesda, Bristol, donde Muller y Craik se encontraban, no tomó partido en el debate, sino que reconoció como hermanos a los miembros de ambas reuniones.

EL “ASUNTO DE BETHESDA” Y BRISTOL

En 1848, dos hermanos excomulgados por Darby de la reunión en Plymouth, fueron de visita a Bristol, donde ellos acostumbraban partir el pan en la Capilla Bethesda en tales ocasiones. Ambos fueron cuidadosamente interrogados para determinar lo sano de su doctrina y su limpieza del error que se le atribuía a Newton. Al estar todos satisfechos sobre estos dos asuntos, los dos hermanos fueron acogidos nuevamente.
Darby ahora exigía que la iglesia en Bethesda juzgara el asunto de Plymouth, lo cual ellos se negaron a hacer, alegando que dicho asunto no los afectaba a ellos, que ellos no eran competentes para juzgar a una iglesia, y que sería perjudicial involucrarse en discusiones sobre semejante tema.
Con el tiempo, debido también a presiones en el seno de la iglesia, el asunto fue considerado, y se redactó una carta que planteaba “que nadie que defendiera, sostuviera o apoyara las opiniones del señor Newton o sus tratados debería ser recibido en comunión”. No obstante, continuó diciendo la carta: “Suponiendo que el autor de los tratados fuera hereje en lo fundamental, eso no significaría que debamos rechazar a aquellos que hayan salido después de estar bajo su enseñanza, a menos que podamos estar seguros de que han comprendido y asumido opiniones esencialmente contrarias al fundamento de la verdad.” Darby entonces escribió:
Me siento obligado a presentarles el caso de Bethesda. En mi opinión, este caso implica todo el asunto relacionado a la asociación con los hermanos.
Eso por la única y sencilla razón de que si existe incapacidad para rechazar lo que ha demostrado ser la obra y el poder de Satanás, e incapacidad para proteger a las queridas ovejas de Cristo contra todo esto si los hermanos son incapaces de dar este servicio a Cristo, ellos no deben ser reconocidos de ninguna manera como un cuerpo al que se le confía semejante servicio.
Sus reuniones serían verdaderamente una trampa para atrapar a las ovejas Yo no deseo en lo más mínimo disminuir el respeto y el valor que alguien pueda sentir personalmente por los hermanos Craik y Muller, esto por el hecho de que ellos han honrado a Dios por medio de la fe pero yo sí apelo a los hermanos por su fidelidad a Cristo, y por el amor por las almas de aquellos que les son queridos, para que fielmente pongan una barrera contra este mal. ¡Ay de ellos si aman a los hermanos Muller y Craik o su propia tranquilidad más que a las almas de los santos queridos para Cristo! Y francamente les advierto que recibir a cualquiera de Bethesda (a menos que sea un caso excepcional de ignorancia de lo sucedido) es abrirle la puerta ahora a la infección de la maldad abominable de la cual hemos sido librados a tan doloroso precio.
De manera formal y deliberada, este mal ha sido admitido en Bethesda bajo el pretexto de no investigarlo (un principio en sí que se niega a tratar cualquier raíz de amargura), y ha sido verdaderamente disimulado. Y si este mal se admite al recibir a personas de Bethesda, aquellos que lo hacen se identifican moralmente con el mal que admiten, ya que el cuerpo que actúe de esta manera se hace responsable colectivamente por el mal que admiten.
Si los hermanos creen que pueden admitir a aquellos que trastornan la persona y gloria de Cristo, y principios que han conducido a tanta mentira y astucia, sería bueno que lo dijeran, para que los que no pueden admitirlo sepan qué hacer En lo que a mí respecta, no debo ir ni a Bethesda en su estado presente ni a aquellos lugares donde las personas procedentes de allí hayan sido admitidas a sabiendas.
De esta manera la iglesia en Bethesda fue excomulgada y todo aquel que pudiera tener hermandad con ella. La supuesta razón fue que sostenían doctrina falsa, pero en realidad esta doctrina nunca fue defendida por nadie en Bethesda. El verdadero motivo fue que la iglesia en Bethesda continuó haciendo lo que el propio Darby había hecho desde el principio, o sea, mantener la independencia de cada congregación y su derecho de recibir a cualquier individuo de quien hubiera razones para creer que había nacido de nuevo y que su fe y conducta fueran sanas.
Pero Darby había abandonado esta posición para adoptar la posición “católica” de un cuerpo de iglesias organizado, excluyendo a todos los que se encontraran fuera de su propio círculo, y sujeto a una autoridad central, en este caso, él mismo y la reunión en Londres con la cual estaba asociada. La hermandad dejó  de estar basada en la vida que llevaban, y el rechazo de Bethesda también fue obligatorio. Ninguna cantidad de fe o santidad podía librar a quienes  se negaran a condenar la iglesia en Bethesda.

LA “EXCOMUNIÓN” DE LA IGLESIA EN BETHESDA

Pero ni siquiera la distinguida influencia de Darby pudo imponer este gran cambio sobre todos. No obstante, por medio de una propaganda incansable, una gran cantidad de iglesias fueron inducidas a aceptar, como una prueba obligatoria para su aceptación dentro de la hermandad de iglesias, la condenación de la iglesia en Bethesda por una doctrina nunca sostenida por ella.
A fuerza de una insistencia constante, este círculo de iglesias llegó a creer, con toda sinceridad, que Bethesda había sido excomulgada por apoyar el error de Newton, un error que él mismo había repudiado, y que la iglesia en Bethesda nunca había sostenido. Este sistema fue desarrollado de una manera tan constante que los hermanos en las Antillas tuvieron que analizar el asunto de la iglesia en Bethesda, y los campesinos suizos en los pueblos alpinos se vieron obligados a examinar y condenar los errores atribuidos a Newton.
Semejante sistema no podía dejar de conducir a nuevas divisiones. Incluso durante la vida de Darby varias divisiones similares tuvieron lugar en que los partidos adoptaron diferentes posiciones, excluyéndose los unos a los otros de la misma forma que habían excluido de manera unánime a Groves y a Muller.
Aquellas iglesias que no siguieron a Darby continuaron su esfuerzo por llevar a cabo los principios de la Escritura. Estas se diferenciaban de muchas maneras, pero debido a que no creían en el derecho de una iglesia de rechazar a otra, sus diferencias no hacían necesaria una división. Algunas de estas, temiendo la crítica de los seguidores de Darby (llamados a menudo “los exclusivos”) llegaron a ser, en grados variables, iglesias exclusivas, mientras que otras mantuvieron la hermandad con todos los santos. Aunque estas iglesias fueron constantemente calumniadas y rechazadas por aquellos que se habían separado de ellas, no dejaron de incluir a estos entre los que estaban dispuestos a recibir, reconociéndolos como hermanos. Roberto Chapman expresó la actitud de dichas iglesias para con ellos cuando, en un rechazo al uso del odioso nombre de “exclusivos”, los llamó “mis muy queridos y estimados hermanos” y los describió como “aquellos hermanos cuyas conciencias los llevan a rechazar mi hermandad y a excluirme de la de ellos”.

LAS IGLESIAS QUE SIGUIERON LAS ENSEÑANZAS DEL NUEVO TESTAMENTO

Las iglesias que, con Chapman, mantuvieron las bases originales con relación a sus círculos de hermandad fueron llamadas a menudo “los hermanos abiertos”. Sin embargo, siempre entre ellas ha de haber existido algunos individuos e iglesias que en el fondo eran sectarios y por ello merecieron un nombre sectario, ya que siempre existe un peligro latente de que cualquier movimiento espiritual pueda terminar siendo una secta.
Al mismo tiempo, entre ellos quedaron muchos que con razón podían haberse adjudicado todo tipo de nombre que unifica y rechazar cualquier calificativo que divide al pueblo de Dios. Estos hermanos mantuvieron un testimonio evangélico activo, llegando también a la mayor parte de las regiones del mundo.
La influencia de este movimiento ha sido de importancia más allá de los límites de las reuniones que de una manera más particular se relacionaron con él. Frente al gran predominio del racionalismo y su conquista de una gran parte de los colegios teológicos, de los púlpitos de los principales cuerpos no conformistas y de una parte considerable de la Iglesia Anglicana, estos grupos de creyentes han mantenido absoluta lealtad a las Escrituras como inspiradas por Dios, y han defendido esta convicción con una capacidad y un celo que los convierte en aliados valiosos de los numerosos creyentes que, en sus distintos círculos, sufren bajo sus ministros y demás miembros del clero que no tienen la misma fe.

LEALTAD A LAS ESCRITURAS

Movimientos de un carácter similar, o sea, de creyentes reunidos conforme a la enseñanza y el ejemplo del Nuevo Testamento, se encuentran en muchas partes del mundo. Estos están libres de desarrollos históricos hacia rituales u organizaciones que han apartado a muchos del modelo original, y su simplicidad los hace adaptables a todas las clases de hombres y a todas las circunstancias.
Estos movimientos no publican ni recopilan información o estadísticas, ni dependen de la publicidad o solicitudes de ayuda para llevar a cabo su testimonio. De manera que son muy poco conocidos en el mundo, incluso en el mundo religioso, y esto precisamente le da a su trabajo una serena pero gran eficacia cuyo valor se aprecia especialmente cuando dichos grupos enfrentan circunstancias de persecución.
En nuestros días, constantemente se están formando círculos similares entre toda clase de personas. Ellos poseen en sí mismos el poder para llevar la Palabra de vida adelante cada vez más lejos, y siguen propagándose.
Sus historias son constantes evocaciones del libro de los Hechos. Aquellos que están entre algunos de ellos y nadie puede conocerlos a todos se dan cuenta de que sus obras son como las de su Señor, “las cuales si se escribieran una por una, ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir.

CONTINUACIÓN Y PROPAGACIÓN DE LA OBRA

La atención ha sido atraída hacia las personas e iglesias que han aceptado las Escrituras como una revelación divina, suficiente como para mostrar el camino de la salvación personal y la conducta así como para dirigir a las iglesias de creyentes en lo relacionado a su orden y testimonio. Hemos visto como se levantó un cuerpo clerical que ha asumido dominio y poco a poco ha desarrollado un sistema de ritualismo que se ha convertido en un enemigo implacable de aquellos que han continuado actuando sobre la base de la enseñanza de las Escrituras.
Una forma diferente de ataque contra las Escrituras, que pudiera ser descrita como racionalismo, fue la que se llevó a cabo en el siglo XIX. El racionalismo hace a un lado la revelación al dar por sentado la suficiencia de la mente o la razón a fin de permitirle al hombre encontrar la verdad y alcanzar el bien más preciado.

El ritualismo y el racionalismo

El progreso sin precedentes alcanzado en el conocimiento científico no sólo hizo posible una comprensión valiosa acerca de  las obras de Dios en la creación, sino que, además, estimuló en algunas mentes un deseo de explicar la creación aparte de Dios. Se hizo, pues, necesario demostrar que el relato de la creación dado en el libro de Génesis no surgió a partir de una inspiración divina, sino a partir de la ignorancia de los hombres que, por haber vivido antes que nosotros, se supone que tenían menos conocimiento que nosotros.
A medida que se hicieron nuevos descubrimientos en el campo infinito de la naturaleza, las teorías se fundamentaron en estos descubrimientos y se afirmó que estos resultaban incompatibles con el relato de Génesis, y que, por tanto, comprobaban que la historia de Génesis era incorrecta. Al salir a la luz nuevos hechos, se hacía necesario desarrollar nuevas teorías, cada una desplazando a su predecesora, aunque cada una fue aceptada sobre la base de la autoridad de la erudición de los hombres de ciencia que las promulgaban. El origen de las especies, publicado por Charles Darwin en 1859, fue un hito importante en este desarrollo del pensamiento.
Aquellos que aceptaron la opinión de que no había habido una creación, inevitablemente perdieron el conocimiento del Creador. Esto implicaba la pérdida de todo el conocimiento revelado, por cuanto la revelación de Dios por medio de las Escrituras comienza con la creación como la obra de Dios, sin la cual no pudo haber existido la caída de su criatura, el hombre, y sin la cual tampoco hubiera habido ni necesidad ni posibilidad de la redención del hombre. Por consiguiente, las nuevas teorías que evolucionaron de las mentes de los hombres rechazaron la enseñanza de la Escritura acerca de la caída, reemplazándola con teorías, que cambiaban constantemente, acerca del desarrollo del hombre a partir de una forma de vida inferior.
La experiencia de la salvación y la esperanza de la redención se volvieron imposibles de creer sobre la base de estas enseñanzas, y cualquier promesa vaga que pudiera ofrecerse al género humano dejó al individuo sin esperanza.
Aunque en las mentes de la mayoría la evolución ha reemplazado a Dios el Creador, de manera que algunos consideran que sus raíces se remontan a las bestias en lugar de Dios, y son ignorantes de Dios como su Redentor, no todos, incluso entre aquellos reconocidos como los hombres de ciencia más eminentes, han seguido esta enseñanza. No sería correcto decir que el aumento del conocimiento de los hechos de la naturaleza necesariamente conduce a no creer en Dios o en las Escrituras.
Muchos han descubierto que cuanto más han aprendido de las obras de Dios en la creación, tanto más han apreciado la consonancia de esta revelación con la contenida en las Escrituras. En realidad, la afirmación que con tanta frecuencia se hace de que ningún hombre moderno, inteligente y educado puede creer en las Escrituras, carece de fundamento alguno. No es cierto que cuanto más las personas saben tanto menos creen, ni tampoco que cuanto más ignorante son más fe poseen.

EL FRACASO DEL RACIONALISMO

El racionalismo se debe en gran medida a la falta de reconocer que el hombre no sólo es mente, sino mente y corazón, y que la mente siempre sirve al corazón. El corazón que es el carácter, la voluntad, las emociones y el centro de las experiencia sus a en su servicio a la mente, con su inteligencia y poder de razonamiento. El corazón del hombre natural usa su mente a fin de justificar su incredulidad de Dios y la Escritura, al encontrar innumerables razones para argumentar en contra de Dios así como contradicciones y errores en las Escrituras.
No obstante, si este mismo hombre tiene una experiencia que lo hace darse cuenta de su estado pecaminoso, de su necesidad de salvación, y Cristo se manifiesta a él, su corazón es decir, su voluntad y emociones son capturadas. Estas acuden a Cristo en fe como el Salvador y Señor, y la vida divina y eterna es transmitida a tal hombre, como está escrito: “Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3.15).
Con esta provisión, la mente aunque ni más ni menos capaz, inteligente o instruida que antes entra al servicio del corazón transformado. Encuentra verdad, belleza y revelación en las mismas Escrituras que antes despreciaba, y descubre en los caminos de Dios un motivo constante para adorar y ofrecer acciones de gracias. El fracaso del racionalismo se debe a su acto de colocar al juez erróneo en la magistratura.
Otro modo de ataque contra las Escrituras, también desarrollado fundamentalmente en el siglo XIX, tomó la forma de crítica bíblica.
Esta, al igual que las investigaciones científicas, es buena en sí, pero el racionalismo la obligó a adoptar teorías erróneas. El examen crítico del texto de la Escritura, incluyendo el estudio de los manuscritos antiguos, ha sido de gran valor al corregir los errores y exhibir de una forma más completa el contenido, la fuerza y el significado de la Palabra de Dios escrita.

LA CRÍTICA BÍBLICA

La “crítica superior”, al tomar en cuenta las circunstancias históricas, geográficas y otras de carácter externo bajo las cuales fueron escritos los varios libros, y al examinar también su carácter literario interno, así como al deducir de todos estos lo que puede aprenderse en cuanto a su fecha y autoría, ha sacado a la luz muchas cosas de interés. Sin embargo, aquí nuevamente el método racionalista, el examen de las Escrituras sin tener en cuenta a Dios ni la inspiración del Espíritu Santo que obró por medio de los autores humanos y juntamente con ellos, ha conducido a teorías extrañas y variadas.
Las Escrituras fueron dadas al mundo por medio de un instrumento escogido, el pueblo de Israel. Moisés y los profetas hablaron por medio de la Palabra del Señor, y los libros que contienen sus declaraciones, ya sean los de la ley, los de historia, los salmos o las profecías, fueron preservados por los judíos con un esmero y tenacidad que ninguna otra raza hubiera sido capaz de ejercer. Cristo y los apóstoles aceptaron y usaron el Antiguo Testamento al máximo como la Palabra de Dios, completándola por medio de la adición del Nuevo Testamento.
Este Libro, o Biblia, en todos los tiempos ha sido aceptado como algo inspirado divinamente, y por medio de su obrar en los corazones y vidas de los hombres ha demostrado su poder divino. Siempre han existido aquellos que niegan sus afirmaciones, pero fue en el siglo XIX que se vio un desarrollo trascendental de esta negativa por parte de los hombres.
El ritualismo había enseñado por mucho tiempo un desarrollo que añadió a la Escritura e implicó una desviación de esta, pero el racionalismo, quitando de la Biblia, tiene el efecto de socavar y destruir su credibilidad.

EL RACIONALISMO Y “LA CRÍTICA SUPERIOR”

Uno de los primeros y más importantes desarrollos de la crítica superior fue fundamentado en el uso de diferentes nombres para Dios en el libro de Génesis. A partir de estas diferencias se argumentó que el libro tenía que ser la obra de diferentes autores. Luego, en una demostración  de mucha ingenuidad, el libro de Génesis, y posteriormente otros libros, fueron divididos en las diferentes autorías (los diversos críticos  tenían sus distintos esquemas). Bajo este proceso la personalidad de Moisés fue tergiversada, y pronto llegó a estar de moda negar la existencia de Abraham y otros personajes descritos en los libros más antiguos, representándolos como personajes míticos, el producto de leyendas acerca de varios héroes relacionados a un hombre imaginario.
Un nuevo y más rápido progreso tuvo lugar en estos métodos cuando Eduardo Reuss (1834) promulgó una teoría según la cual los libros de la ley hubieran sido escritos después de los libros de los profetas, y que los Salmos hubieran sido escritos aun más tarde. Esta suposición produjo mucha especulación e hizo que se adaptaran las distintas partes del Antiguo Testamento al esquema recién concebido.
Al mismo tiempo, los milagros del Nuevo Testamento fueron rechazados como sucesos imposibles y se explicó con gran empeño cómo la narración de estos había surgido a partir de malentendidos e historias legendarias.

LA ARQUEOLOGÍA Y LA BIBLIA

La historia del Evangelio fue reconstruida. La Vida de Jesús de Ernest Renan y la Leben Jesu de Strauss estuvieron muy en boga por un tiempo.
La crítica se extendió por todas partes. El simple hecho de que algo se afirmara en la Biblia era considerado casi como razón suficiente para dudar de su veracidad. Semejantes extremos condujeron a cierta reacción; mucho de lo que se había rechazado volvió a admitirse. Las investigaciones arqueológicas revelaron la exactitud histórica de muchas cosas que habían sido consideradas como fábulas.
La creciente ocupación de muchos con las Escrituras, como resultado de estos conflictos, sacó a la luz más que nunca sus tesoros de verdad y sabiduría. Estas personas todo el tiempo continuaron siendo el medio fundamental para traer la salvación a toda clase de pecadores.
Así como el ritualismo le debía al clero el hecho de haberse convertido en un medio eficaz para mantener a los pecadores alejados del Salvador, también el racionalismo que tiene su amplio predominio en nuestros días y su poder de mantener a las multitudes en la incredulidad tenía éxito por el hecho de que se apoderó de la mente teológica y ministerial, y parecía convertir a quienes lo adoptaban en los líderes intelectuales de la gente.
Su conquista de los colegios teológicos y de las instituciones de entrenamiento para el ministerio ha sido una obra casi completa. Los guías espirituales de la gente han llevado a sus rebaños poco dispuestos a donde no hay pasto, haciéndoles creer que ellos ya no pueden considerarse intelectuales ni mucho menos inteligentes a menos que acepten las supuestas pruebas de que no hay revelación inspirada divinamente y, por consiguiente, de que no hay ningún Creador ni Hijo de Dios que se hiciera hombre por el bien de los pecadores, y que por nosotros conquistara el pecado y la muerte y abriera el camino de regreso a Dios.
La enseñanza racionalista ha reducido al Señor a no más que un buen hombre, un hombre que a menudo cometió errores, aunque un modelo para nuestra imitación. Las promesas de que estas doctrinas trajeran consigo una paz, prosperidad y hermandad universal, han sido desmentidas categóricamente por medio de la guerra y los preparativos para la guerra, por medio de las huelgas y de la bancarrota. La esperanza y expectación de la venida del Señor para reinar están pérdidas para aquellos que no saben quién fue el que vino a sufrir por nosotros.

CHARLES SPURGEON 1834–1892

Entre los muchos que se opusieron a esta enseñanza y continuaron el uso de las Escrituras con un poder y efecto que demostró la verdad de su afirmación de ser la Palabra inspirada de Dios, ninguno resultó ser más eminente que Charles Haddon Spurgeon. Él se convirtió al Señor cuando tenía dieciséis años (1850) y fue recibido entre los bautistas.
Inmediatamente comenzó a testificar de Cristo, y al cabo de un año, dejando a un lado cualquier preparativo teológico convencional, se hizo pastor de una iglesia bautista. Incluso para ese entonces su predicación ya tenía un poder espiritual tan extraordinario que una creciente cantidad de personas se sintió atraída a escucharlo.
Ningún edificio disponible fue suficiente para el auditorio de semejante predicador, de modo que se construyó el Tabernáculo Metropolitano con capacidad para 6.000 personas, y allí él no sólo predicó el Evangelio con regularidad a lo largo de su vida, sino que, además, expuso las Escrituras y desempeñó un papel importante con sus dones extraordinarios y con una humildad intachable en la edificación de una iglesia basada en los principios del Nuevo Testamento, desde la cual ríos de agua de vida fluyeron a innumerables almas.
En la predicación, Spurgeon se aferraba estrictamente a las Escrituras, las cuales explicaba a sus oyentes con una comprensión y emoción genuina, destacando su mensaje con infinitos ejemplos adecuados y con un humor picante que nunca le faltaba. Sus sermones eran efectivos tanto cuando eran leídos como cuando eran escuchados; los mismos eran publicados tan pronto se predicaban, y su circulación era enorme, manteniéndose incluso hasta después de su muerte.
Al sentir fuertemente el obstáculo que representaba para el Evangelio la doctrina de la regeneración bautismal, Spurgeon decidió de forma valiente predicar y publicar un sermón sobre el tema. Esto lo expuso a los ataques por parte de los numerosos cuerpos de evangélicos y protestantes que apoyaban dicha doctrina. El conflicto que esto suscitó lo obligó, un año después, a retirarse de la “Alianza Evangélica”.
Como la crítica bíblica se desarrolló en el aspecto de socavar la fe en la inspiración de las Escrituras y llegó a influenciar sobremanera a la “Unión Bautista”, Spurgeon se retiró también de esa asociación (1887). Este paso le costó la pérdida de algunos amigos y lo involucró en mucha polémica, pero al mismo tiempo dio esperanzas a muchos que se encontraban a punto de dudar de los fundamentos de su fe y, en los días difíciles, alentó aquella justificación de la verdad de la Escritura que pronto iba a ser fuertemente reforzada por los nuevos descubrimientos, tanto de las investigaciones históricas antiguas como de las científicas modernas.
Al mismo tiempo, las Escrituras nunca fueron tan ampliamente difundidas ni leídas como en este tiempo, y su llamado al arrepentimiento y a la fe es tan eficaz como siempre. La Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, junto con otras, no sólo se mantienen, sino que continúa incrementando sus traducciones y ventas. Sus agentes viajeros van en aumento y entran en esferas cada vez más amplias.

EL TRABAJO DE LAS SOCIEDADES BÍBLICAS

Nuevas traducciones llevan los tesoros de la Palabra de Dios a los pueblos más lejanos. Si entre algunos de los pueblos favorecidos el don de la lectura gratuita de la Palabra de Dios, tan encarecidamente comprado por medio de la sangre de sus antepasados, es desperdiciado, existen aquellos, llamados posteriormente, que se esfuerzan por ocupar los lugares de los primeros.
Quedó reservada para el siglo XX la experiencia de una aceleración sin precedentes en el curso de los acontecimientos. Al igual que una avalancha comienza su movimiento lento, el cual, siendo casi imperceptible al principio, gana velocidad hasta que desciende con un poder asombroso, asimismo el lento desarrollo de los años precedentes se ha convertido en el torrente precipitado de nuestra época. Los poderes ocultos en el aire están siendo descubiertos Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas” (Génesis 1.6).

LOS PROGRESOS INIGUALADOS DEL SIGLO XX

Durante mucho tiempo los hombres se conformaron sólo con respirar este aire, pero ahora resulta ser el medio transportador de luz, calor, electricidad y sonido, de modo que la voz hablada puede ser escuchada por millones de oyentes en todo el mundo. El aire sostiene máquinas poderosas que corren a velocidades increíbles, de manera que la distancia se disminuye y el mundo entero se encuentra conectado.
La calidad y estructura de los materiales son examinadas y se descubre que contienen complejidades de forma y acción de una variedad inimaginable. En medio de semejantes maravillas, la inteligencia humana ha sido avivada y el conocimiento ha sido puesto al servicio de las obras buenas y malas, las cuales tienden a aumentar la velocidad con que nuestra fase encamina hacia su consumación.
En este gran torrente de la historia, las Escrituras permanecen inmutables e igualmente se aplican a todas las circunstancias cambiantes de la vida. Aquellos que andan en obediencia de fe, ya sea congregados en las iglesias o dispersos por todo el mundo, descubren que esta brújula siempre apunta hacia Cristo, de quien se testifica: “Todas las cosas por él fueron hechas” y fue enviado por Dios al mundo para que el mundo sea salvo por él.
Pero Aquellas iglesias que aún hacen de las Escrituras su guía y modelo, y que se esfuerzan por actuar conforme a esta regla, están completamente libres del racionalismo, al igual que siempre han estado libres del ritualismo.
Por tanto, ellas constituyen un baluarte contra la incredulidad y proveen un refugio para las almas que buscan donde poder actuar en obediencia a la Palabra de Dios, en hermandad con aquellos de la misma opinión.
Su aumento y propagación por muchos países, así como el hecho de que continúan surgiendo iglesias nuevas en lugares donde la Biblia penetra, es de mayor importancia.
Se espera, además, que a medida que muchas denominaciones se desvían más y más del camino de la fe, habrá cristianos entre ellos que se verán obligados a hacer como muchos han hecho antes que ellos, o sea, fundar iglesias con los que creen a fin de llevar a cabo ellos mismos las enseñanzas de la Palabra de Dios y predicar el Evangelio salvador a los demás.
Los miembros del clero a menudo han sido los líderes en tiempos de avivamientos que han seguido un rumbo de cierto regreso a los principios de la Palabra de Dios, y esto pudiera repetirse. Huss el capellán, Lutero el monje, Spener y Franke, ambos pastores luteranos, y los sacerdotes de la Iglesia Anglicana, Juan y Carlos Wesley, junto con Jorge Whitefield, son sólo algunos ejemplos. La formación y experiencia de tales hombres resultan especialmente valiosas una vez que ellos se liberan de las trabas que obstaculizan la obediencia de fe.

CONCLUSIONES

¿Acaso las iglesias aún pueden seguir la enseñanza y el ejemplo del Nuevo Testamento?; Diferentes respuestas; Las iglesias ritualistas; El racionalismo; Los reformistas; Los místicos y otros; El avivamiento evangélico; Los hermanos que a través de todos los siglos han hecho del Nuevo Testamento su guía; La difusión del Evangelio; Las misiones extranjeras; El avivamiento por medio del regreso a las enseñanzas de la Escritura; Cada cristiano un misionero, cada iglesia una sociedad misionera; La diferencia entre una iglesia y una misión; Diferencia entre una institución y una iglesia; Unidad de las iglesias y difusión del Evangelio; Las iglesias del Nuevo Testamento entre todos los pueblos sobre la misma base;

LA PREGUNTA CON RELACIÓN A LA IGLESIA

La pregunta con relación a la iglesia, o sea, la cuestión de si podemos y debemos continuar llevando a cabo la enseñanza y el ejemplo del Nuevo Testamento en lo referente al orden y la estructura de las iglesias, ha sido contestada de diferentes maneras:
1. La teoría del “desarrollo” no recomendaría hacer esto, porque, de acuerdo con la opinión promulgada por las iglesias ritualistas como la Iglesia de Roma, la Iglesia Griega Ortodoxa y otras similares, se ha alcanzado algo mejor que lo que se practicó al principio, y además, las Escrituras han sido modificadas, y hasta suplantadas, por la tradición.
2. El racionalismo ofrece la misma respuesta, considerando como algo retrógrado el hecho de regresar al modelo original, ya que niega que las Escrituras proveen una autoridad permanente.
3. Los reformistas de las iglesias actuales han intentado desarrollar una posición intermedia para regresar en parte, aunque no del todo, al modelo reconocido por Lutero, Spener y otros.
4. Algunos han abandonado el intento, como fue el caso de los místicos, quienes, en lugar de intentar regresar al modelo original, se dedicaron a la búsqueda de la santidad personal y la comunión con Dios, ejemplos de los cuales son Molinos, Madame Guyon y Tersteegen. Además, está el caso de los “amigos”, que dejaron a un lado las ordenanzas externas del bautismo y la Cena de Señor y se ocuparon más con el testimonio de la luz interna que con las Escrituras externas. Otros, como Darby y sus seguidores, repudiaron la obligación y la reemplazaron por un testimonio de “la ruina de la iglesia.”
5. El avivamiento evangélico dejó de lado esta pregunta como algo sin importancia, concentrándose en la conversión de pecadores y organizando lo que resultara conveniente a fin de satisfacerlas necesidades prácticas, como fue el caso de las Sociedades Metodistas de Wesley, o el Ejército de Salvación.
6. Sin embargo, en todos los tiempos ha habido hermanos que han contestado con un “sí” a la pregunta, aunque han sido llamados por muchos nombres: cátaros, novacianos, paulicianos, Bogomilos, albigenses, valdenses, lolardos, anabaptistas, menonitas, estundistas y otros nombres innumerables, también muchas congregaciones de bautistas e independientes, así como asambleas de “hermanos”.
Todos ellos han sido uno en su esfuerzo por actuar sobre la base del Nuevo Testamento y por seguir el ejemplo de las iglesias del Nuevo Testamento.
Existe otra pregunta muy relacionada con la anterior: ¿Será posible en la actualidad predicar el Evangelio como se hizo en el principio, y no es cierto que al hacer esto se pudiera lograr una difusión del Evangelio mucho más rápida? Verdaderamente, la pregunta se amplía y se nos hace urgente: ¿Acaso no es sólo por medio de un regreso a las Escrituras que puede manifestarse la unidad de los hijos de Dios y puede lograrse la evangelización del mundo?
Al principio del Evangelio no había distinción entre la obra “local” y la “extranjera”. Poco a poco la difusión espontánea del Evangelio, indistintamente del país y la nacionalidad, fue modificada por el cambio de las iglesias apostólicas primitivas a la organización que se desarrolló a partir de ellas, y las “misiones” comenzaron a enviar misioneros que representaban la autoridad central que los había enviado.
Al multiplicarse las denominaciones cristianas organizadas, las misiones hacia otras tierras aumentaron, cada una predicando a Cristo, pero representando también su propio esquema y desarrollo del cristianismo, e introdujeron así entre los paganos la confusión del conflicto entre las sectas bajo la cual sufre el cristianismo.
El cristianismo original no dependió nunca de las riquezas materiales, sino del poder del Espíritu Santo, y siempre estuvo relacionado con la pobreza. Los métodos que se han desarrollado son costosos, porque los dones del Espíritu Santo, quien mora en el creyente más nuevo y suple las necesidades para el testimonio aun del más pequeño grupo de discípulos, no son reconocidos, sino que en su lugar se establece una “misión” para suplir todas las necesidades.
Dicha misión tiene que ser patrocinada, y se hace necesario solicitar dinero de los que están en “casa” o, donde se cree que actuar así constituye una falta de fe, se recurre a la publicación de incidentes conmovedores o necesidades angustiosas para despertar interés en la obra. De esta manera, también, la dirección y apoyo de la obra “en el extranjero”, al estar en gran medida en las manos de aquellos “en casa” o de sus representantes, continúa siendo una institución extranjera en el lugar donde se lleva a cabo, y de ese modo se obstaculiza la difusión del Evangelio hasta un grado incalculable.
Seguir a Cristo y negarse a uno mismo implica estar dispuesto a romper los más queridos vínculos que nos atan a nuestras organizaciones denominacionales, así como encontrar los medios para practicar una hermandad genuina con todo el pueblo de Dios, practicando tanta tolerancia los unos con los otros como nuestra debilidad actual nos lo exija. Si todos guardáramos las enseñanzas de la Escritura, entonces podríamos ponerla en las manos de los hombres de todas las naciones, y por medio de preceptos y ejemplo podríamos mostrarles que la misma es para ellos tanto como para nosotros, en la certeza de que Dios los protegerá, los guiará y les dará su lugar como iglesias independientes así como su herencia entre los santos.

¿QUÉ NOS DEPARA EL FUTURO?

No sabemos qué dones el Espíritu Santo pueda despertar en lugares fuera del ámbito de las actividades misioneras actuales y en las circunstancias que de forma manifiesta se presenten más allá de nuestro poder para controlarlas.
Por ejemplo, las iglesias rusas perseguidas tienen experiencias superiores a las nuestras, y se aviva un celo y una devoción entre ellas que resulta desconocido para la mayoría de los cristianos profesos en circunstancias más cómodas. Puede darse el caso de que en medio de estas circunstancias se logren milagros de unidad y testimonio que nosotros no hemos alcanzado.
Del mundo pagano pudieran surgir líderes tan llenos del Espíritu Santo que fueran capaces de dejar atrás tanto las divisiones como las riquezas de las misiones americanas y europeas y experimentar conversiones y el crecimiento de iglesias de Dios en sus propios pueblos, iglesias que bien pudieran tener que aprender de sus propios errores, pero que estarán libres de los nuestros.
Con Dios nada es imposible. Él pudiera llamar, incluso del Islam, a discípulos de Cristo devotos y sumisos, a quienes podría usar en su servicio en medio de ese pueblo. Todo esto no es para hacer a un lado el valor incalculable de la dedicación y el servicio que durante mucho tiempo ha fluido, y que aún fluye, hacia el mundo a través de las instituciones y sociedades misioneras, sino que su visión son las multitudes todavía sin alcanzar (y que permanecerán no alcanzadas al ritmo actual de progreso), señalando la única forma de lograr un avivamiento, es decir, un regreso al camino de la Palabra.

¿DISCÍPULOS DE CRISTO SURGIDOS DEL ISLAM?

Dios se manifiesta en Cristo por medio del Espíritu Santo como el Amante, el Buscador, el Salvador y el Guardián de la humanidad perdida. No existe revelación más eficaz que esta, que la naturaleza de Dios es tal quela miseria del hombre caído lo ha obligado a hacer a un lado su gloria celestial a fin de convertirse en Hombre, para llevar todos nuestros pecados y más que todas nuestras penas, y conquistar la muerte por medio de la muerte para darles a los pecadores moribundos vida eterna y divina.
Todo el que por medio de la fe recibe esta vida llega a tener el mismo anhelo que Aquel de quien la recibió, de modo que, cada cristiano es misionero por naturaleza. Como un mandato obligatorio resuenan en su alma las palabras: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

CADA CREYENTE ES UN MISIONERO Y EVANGELISTA

En el Nuevo Testamento no hay distinción entre el clero y el laicado; todos los santos son sacerdotes. De igual forma, no hay distinción entre los misioneros y los que no son misioneros cada cristiano es “enviado”, o tiene la “misión” de ser testigo de Cristo en el mundo. La formación de una clase misionera aparte, agrupada en sociedades misioneras, apoyada por fondos especiales para misiones, que obra a partir de una misión, aunque ha llevado a cabo mucho trabajo, se adquiere a un alto costo, porque le permite a la gran mayoría de los cristianos no ser misioneros y estar contentos con eso, y por otra parte empaña la visión de cada cristiano de entregarse completamente al Señor en cada circunstancia y dedicarse a su servicio de principio a fin.
El propósito del Evangelio es que los pecadores se conviertan en santos, y que luego se congreguen para formar iglesias. Ya que cada miembro de una iglesia es llamado a ser un misionero, o testigo de Cristo, cada iglesia es una “sociedad misionera”, una sociedad de personas que de forma colectiva se dedican al testimonio del Evangelio.
La diferencia entre una misión y una iglesia es que una misión, junto con la sociedad misionera de la cual es una rama, es el centro en torno al cual los naturales de un país se reúnen en busca de dirección y suministros. Por su parte, una iglesia según el Nuevo Testamento, es, desde sus inicios, cuando dos o tres se congregan en el nombre del Señor Jesús, basados sobre el mismo fundamento que la iglesia más vieja jamás establecida, y tienen el mismo Centro, los mismos principios.
Tal iglesia, aunque es diferente de otras en sus dones y experiencias, es partícipe de la misma gracia, y obtiene sus suministros de la misma Fuente. Además, llega a ser el instrumento más adecuado para la difusión del Evangelio entre el pueblo del cual ha sido llamada, y conoce perfectamente los conceptos, idioma, costumbres y necesidades de dicho pueblo. Una misión puede ser de gran valor, pero no debe convertirse nunca en el centro alrededor del cual se forma una iglesia: ese centro es Jesucristo.

PELIGROS DE LAS INSTITUCIONES

Existe, además, una diferencia entre una iglesia y una institución como un hospital o una escuela. Las instituciones pueden resultar muy importantes, complementando el Evangelio, ganándose la confianza del pueblo;  pero si un hospital o una escuela, de origen foráneo, llega a considerarse como el centro alrededor del cual la iglesia se forma, y del cual depende, no podrá desarrollarse una iglesia conforme al modelo del Nuevo Testamento. La misma se convierte en una religión extranjera, dependiente de los suministros del extranjero.
Tal obra seguirá siendo una religión extranjera, dependiente del patrocinio extranjero. Incluso puede desarrollar un sistema de “evangelistas naturales” asalariados, lo cual es perjudicial para la iglesia y su dependencia de Dios, y obstaculiza el crecimiento en lo que es el conocimiento de Dios.
La Escritura no nos hace creer que el Evangelio prevalecerá hasta producir la conversión del mundo entero; por el contrario, se nos enseña a esperar una creciente desviación de Dios, la cual traerá un terrible juicio sobre toda la tierra. La venida del Señor Jesucristo en su gloria es la esperanza que se pone ante la iglesia. Al esperar ese gran acontecimiento, recordamos la última oración del Señor por sus discípulos: “Para que todos sean uno para que el mundo crea que tú me enviaste”.
Estas dos cosas, es decir, la unidad del pueblo de Dios y el hecho de dar a conocer al Salvador en el mundo, son el deseo de todos los que están en comunión con el Señor. La historia de la iglesia demuestra que el avivamiento llega por medio de un regreso a la obediencia a la Palabra de Dios. Ciertamente esta oración del Señor es, además, una promesa; esta promesa se cumplirá como él oró. Sin duda, el total cumplimiento de ella será cuando él venga, pero puede ser que el último gran avivamiento sea un indicio, incluso aquí en la tierra, de lo que está por acontecer tanto en el cielo como en la tierra.

LA FORTALEZA QUE HA DE ENCONTRARSE EN LA UNIDAD

Cuando los discípulos del Señor se arrepienten y renuncian a las formas que los conducen a una desviación de su Palabra, y se congregan como iglesias en una dependencia inmediata de él, libres de las ataduras de las federaciones y organizaciones humanas, y libres para recibir a todos los que pertenecen a él, es entonces que ellos experimentan su suficiencia, como lo experimentaron aquellos que transitaron ese mismo sendero antes que ellos; por una parte, son librados del compañerismo con los incrédulos y) por la otra) se termina cualquier separación entre ellos y sus hermanos en la fe.
Además) al llevar el Evangelio a los pueblos de todas las naciones y razas) ellos comprenderán que toda la Palabra de Dios es para otros lo mismo que para ellos; que todos los que creen llegan a experimentar la misma relación con Dios) y que ninguna diferencia de nacionalidad puede afectar la posición de una iglesia delante de él. La obra del Espíritu Santo en todos manifestará la verdad que Pedro había aprendido y manifestó cuando dijo: “Y Dios) que conoce los corazones) les dio testimonio) dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos) purificando por la fe sus corazones. Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos) de igual modo que ellos.”
Al repasar el ya largo sendero recorrido por la iglesia peregrina) aparecen ciertos puntos principales. Estos puntos que sobresalen por encima de todos los detalles que tanto conmovieron a aquellos cuyas vidas en aquel tiempo los trazaron) con razón llaman la atención) ya que convierten las experiencias del camino que queda atrás en dirección para el sendero que se extiende por delante.
1. La iglesia peregrina ha encontrado en las Escrituras una guía segura y capaz para todo el camino desde Pentecostés hasta nuestros días) y tiene la certeza de que también será suficiente hasta que la antorcha que alumbra en lugar oscuro resulte tenue ante la gloria de la aparición de él que es la Palabra viva (2 Pedro 1.19).
2. La iglesia peregrina está separada del mundo; aunque se encuentra en el mundo no es del mundo. Ella nunca se convierte en una institución terrenal. Aunque es un testimonio y una bendición para el mundo) sin embargo) puesto que el mundo que crucificó a Cristo no cambia) y al discípulo le basta ser como su Maestro) los peregrinos aún se exhortan los unos a los otros con las palabras: “Salgamos) pues) a él) fuera del campamento) llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente) sino que buscamos la por venir” (Hebreos 13.13–14).
3. La iglesia es una. En tanto que nos consideramos miembros de la iglesia peregrina, reconocemos como nuestros hermanos peregrinos a todos aquellos que transitan por el Camino de la Vida. Las diferencias pasajeras, por más agudas que parezcan en el momento, se hacen mínimas cuando consideramos toda la peregrinación que se extiende ante nosotros.
En la más profunda humildad, al pensar en la pequeñez de nuestro aporte, y con un gozo entrañable por nuestros hermanos, nos declaramos hermanos. Sus sufrimientos son nuestros, su testimonio es nuestro, porque su Salvador, Líder, Señor y Esperanza es nuestro. Por medio de la iluminación del Espíritu Santo hemos aprendido, con ellos, a regocijarnos con el Padre cuando dice: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia(Mateo 3.17). Con ellos, también, nos regocijamos en la esperanza de ese día en que el Hijo se nos presentará a sí mismo “una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante” (Efesios 5.27).

LA PERSPECTIVA CONTEMPORANEA

La parte principal de este estudio ha incluido las formas dominantes del cristianismo en las áreas geográficas de su fuerza. Esto significa, naturalmente, que muchas formas de cristianismo en algunas grandes partes del mundo han sido completamente descuidadas o escasamente tratadas. Esto es inevitable en una obra de esta clase.
En el último estudio se hará un esfuerzo por examinar brevemente el curso del cristianismo en secciones del mundo que no son Europa ni Norteamérica. Muchas de estas áreas son consideradas como campos misioneros, aunque algunas de ellas se han desarrollado tanto que debieran ser consideradas en cualquier historia del cristianismo. Este rápido examen será seguido por varias observaciones acerca de algunos problemas contemporáneos del cristianismo.

EL CERCANO ORIENTE Y AFRICA

La cuna del cristianismo ha estado bajo control mahometano por más de mil años. El Cercano Oriente, incluyendo lo que era Palestina y las áreas contiguas, consiste ahora de más de una docena de pequeños países, los más grandes de los cuales son, en lo que a población se refiere, Turquía, Egipto, e Irán. La historia de la declinación del cristianismo oriental por el empuje al occidente de los sarracenos, después del año 632 después de J.C., ya se ha dicho. Esto no significó la completa destrucción del cristianismo.
Después del golpe inmediato de la conquista, los conquistadores musulmanes tomaron una actitud práctica hacia los cristianos. Aunque ningún musulmán podía convertirse en cristiano, a los cristianos se les permitía permanecer fieles a su fe, puesto que los tributos de dinero, y algunas veces de muchachos para el servicio militar, impuestos a ellos, hubieran disminuido o sido eliminados si los cristianos hubieran sido destruidos. Por esta razón no se hicieron grandes esfuerzos por hacer prosélitos entre los cristianos para la fe del Islam.
Debe recordarse que la invasión mahometana del siglo VII abrumó a Alejandría, Jerusalén y Antioquía, acabando con ellos como rivales episcopales del obispo de Roma. Constantinopla, por otra parte, soportó los asaltos de los mahometanos y en algunas maneras fue fortalecido como rival de Roma. Este cisma entre Roma en el occidente y Constantinopla en el oriente, surgió por diferencias ceremoniales, sociales, raciales, políticas y eclesiásticas, estimuladas por la candente ambición del astuto patriarca de Constantinopla.
El emperador de Constantinopla enfrentaba mientras tanto una nueva crisis. Una guerra civil de terribles proporciones había estado agotando la fuerza del mundo oriental por veinticinco años. Los turcos Seljuk, un nuevo segmento revolucionario de los mahometanos, estaban amenazando invadir Europa desde Asia.
Su bárbaro tratamiento a los peregrinos occidentales que deseaban visitar las reliquias de Jerusalén, junto con los desarrollos políticos y eclesiásticos del occidente, preparó el camino para las Cruzadas, que, junto con la dominación de Rusia y el oriente de Europa por Genghis Khan (1162-1227) y sus sucesores, impidió por tres siglos mayor avance al occidente de los turcos. Se hicieron esfuerzos por volver a unir a Roma y Constantinopla en asuntos religiosos en la esperanza de que el Occidente echaría a los turcos del sitio de Constantinopla. Dos veces se proclamó la unión del catolicismo griego y el romano, una vez en 1274 y otra en 1439, pero en cada caso el Oriente repudió enseguida a sus representantes, prefiriendo, aparentemente, a los crueles turcos en vez de la comunión romana.
En 1453 Constantinopla cayó ante los musulmanes. El patriarca (arzobispo) de Constantinopla se convirtió en rehén del sultán turco y ha continuado siéndolo hasta el presente. El cristianismo oriental, vagamente confederado en la Iglesia Ortodoxa Griega, consiste de muchas iglesias raciales o nacionales independientes en Europa oriental, Asia y África, incluyendo patriarcas en Constantinopla (el primero entre iguales), Alejandría, Antioquía, Jerusalén, y Chipre, y la abadía de Sinaí, junto con la iglesia rusa.
Mientras tanto, los musulmanes avanzaron por los Balcanes en el siglo XV, pero fueron derrotados inmediatamente antes de llegar a la Europa Central. Gradualmente fueron empujados hacia atrás a lo que antiguamente era llamada Asia Menor. Después de sacudirse el yugo de los turcos, los diversos estados de los Balcanes por lo general adoptaron iglesias oficiales afiliadas al movimiento Ortodoxo Griego.
Los musulmanes han sido difíciles de alcanzar con el evangelio cristiano. Ya para el siglo XIV Raimundo Lulio se convirtió en misionero mártir entre ellos. Algunos individuos trabajaron entre ellos en los siglos XVI y XVII, pero la obra organizada no comenzó hasta a principios del siglo XIX.
El gran núcleo de cultura mahometana en el Cercano Oriente hace la tarea misionera más formidable en la actualidad. Irak e Irán (Persia), y también Arabia (la cuna del mahometismo), difícilmente han sido tocados por las misiones cristianas por causa de la fuerte resistencia musulmana. Se han hecho enérgicos esfuerzos en Turquía, especialmente por misioneros americanos, pese a las muchas restricciones gubernamentales. La Iglesia de Inglaterra ha encabezado el campo egipcio, dirigiendo sus esfuerzos principalmente a reactivar el Cristianismo Ortodoxo Griego en las áreas donde trabajan. Se han implantado algunas escuelas significativas e importantes en el Cercano Oriente.
La mayoría de la gente en el norte de África, que una vez tuvo un cristianismo próspero, ahora es fanática musulmana. Lo mismo es cierto hacia el sur de África. Desde Alejandría hasta Ciudad del Cabo, la amenazadora sombra del Islam pende sobre el país. Las abrumadoras infiltraciones islamitas por el norte y el oriente todavía continúan. El mahometismo tiene ahora diez veces más adherentes en África que todas las misiones protestantes combinadas. El campo ha sido trabajado activamente tanto por misioneros católicos romanos como por protestantes, habiendo empezado los primeros en el siglo XV, principalmente desde Portugal. Y los últimos desde América e Inglaterra en el siglo XIX, inspirados por el movimiento de emancipación de los negros.
África está destinada a ser un campo de batalla entre el mahometismo, el cristianismo y el secularismo, en este su día de despertar y nueva conciencia. La situación se ha agravado con los eventos políticos que produjeron la existencia de la nación de Israel. Esto ha unido más al mundo musulmán, y el resentimiento hacia los extranjeros, incluso los misioneros, ha estado creciendo.

RUSIA

El extenso territorio del gigante ruso se derrama sobre partes de Europa y de Asia. Los principios del cristianismo en Rusia se ocultan entre historias apócrifas y tradiciones. Tal vez los misioneros Cirilo y Metodio plantaron la semilla en el siglo IX. El extremo analfabetismo de las masas del pueblo después de eso afianzaron un tipo de cristianismo sacramental y litúrgico lleno de mucha superstición.
Las continúas guerras internas de los siglos XI y XII, seguidas casi inmediatamente por la destructiva invasión de Gengis Khan y sus hordas mongólicas, estorbaron al cristianismo ruso hasta mediados del siglo XV. Después de la caída de Constantinopla en 1453, Rusia se convirtió en una fortificación de la tradición ortodoxa, estableciendo un patriarcado ruso en 1589. La iglesia rusa estaba completamente sometida al estado. Pedro el Grande (1689-1725) abolió el patriarcado y estableció el Santo Sínodo bajo su control.
Catalina II (1762-96) completó la humillación de la iglesia al confiscar sus extensas tierras y sus siervos.
Debe decirse que la iglesia era sin ningún género de dudas tan corrupta en todos sentidos como es posible serlo. Los siervos confiscados con la tierra, estimados en un millón, probablemente recibieron mejor trato en manos seculares que el que habían conocido de tiranos eclesiásticos. La derrota de Rusia por el Japón en 1905, y la catástrofe de su fracaso en la Primera Guerra Mundial, contribuyeron tanto a la Revolución de Noviembre de 1917 como a la sensibilidad militarista del régimen bolchevique.
En enero de 1918 no sólo estaban separados la iglesia y el estado, para detracción de la primera, sino que también después de 1922 se hicieron esfuerzos por destruir el cristianismo, que había estado identificado por mil años con la crueldad imperial y la dominación. La política contemporánea del Partido Comunista de Rusia es suprimir toda influencia cristiana para los jóvenes, pero dejar que los más viejos la lleven con ellos hasta su tumba.

ASIA Y ÁREAS CONEXAS

El primer campo misionero del período moderno fue el de India, que ahora tiene más de 400,000.000 de personas viviendo en una área de poco más de un millón y medio de millas cuadradas. La primera obra misionera fue hecha por misioneros luteranos pietistas enviados por Dinamarca en 1705 a Tranquear, en la costa occidental de la India. La Sociedad para la Promoción del Conocimiento Cristiano, organizada en 1699 en Inglaterra, también contribuyó a esta obra en el siglo XVIII, como lo hicieron también los misioneros moravos.
Fue la India a donde Guillermo Carey fue en 1793 para establecer el movimiento misionero moderno. Desde ese tiempo todas las denominaciones principales han trabajado en India. A pesar de notables adelantos y de trabajos sacrificiales, el total de cristianos nominales en la India no excede a seis y medio millones, de los cuales menos de la mitad son protestantes.
El movimiento nacionalista del siglo XX que puso a Mahatma Gandhi en primer plano, por extraño que parezca ha ayudado realmente a las actividades misioneras cristianas, porque Gandhi hizo uso práctico de algunos de los principios de Jesús. Hay más musulmanes en la India que en cualquier otra parte: casi cien millones de ellos. Cerca de la mitad de la población profesa el hinduismo.
China, con una población un poco mayor que la de la India, se volvió campo misionero protestante en 1807, cuando Roberto Morrison entró a Cantón. Los católicos romanos habían trabajado en China desde los días de Francisco Javier en el siglo XVI. La Guerra del Opio de 1841 abrió cinco importantes puertos al comercio extranjero, y en esas ciudades se vaciaron los misioneros cristianos. Sin embargo, le costó a Inglaterra dos guerras más a mediados del siglo XIX para convencer a los chinos de lo que les convenía más. En 1866, sin embargo, J. Hudson Taylor y su Misión del Interior de China, operando mediante ofrendas voluntarias sobre el principio de la fe, avanzaron al interior de China.
Las guerras internas desorganizaron grandemente la actividad misionera entre 1900 y 1927. En 1931 empezó la guerra no declarada con el Japón.
La Segunda Guerra Mundial y el régimen comunista de China prácticamente han cortado toda la obra misionera de la China continental.
Antes de la guerra había alrededor de 750,000 adherentes protestantes y más de dos millones de católicos romanos. Ceylán, la isla de la costa sudeste de India, es fuertemente budista. Dos terceras partes de la población, que asciende tal vez a diez millones, siguen esta religión. Los misioneros católicos romanos empezaron la obra allí en el siglo XVI, mientras que los protestantes de Inglaterra los siguieron dos siglos después. Antes de la Segunda Guerra Mundial los católicos romanos ascendían a alrededor de cuatrocientos mil y los protestantes a alrededor de cincuenta mil.
Birmania fue penetrada por misioneros cristianos de la misión bautista de Guillermo Carey en Serampore, en 1807, pero la primera obra permanente se atribuye a Adoniram Judson. Misionero bautista americano, que llegó en 1813. Otras denominaciones, principalmente los anglicanos y metodistas, también han abierto misiones aquí. Se estima que hay cerca de 175,000 cristianos en Birmania.
Los misioneros cristianos también están trabajando en Tailandia; en Indochina, donde los católicos romanos franceses agotaron por anticipado el campo y reclaman un millón y medio de adherentes; en Malaya, donde la mitad de la población de más de seis millones es musulmán; en Indonesia, donde más de dos millones de adherentes en una población de más de 65,000,000 dicen ser cristianos, principalmente protestantes, aunque el movimiento musulmán ofrece fuerte oposición; en Borneo; y en las Islas Filipinas, donde los misioneros americanos decían tener una adhesión de cerca de 330,000 antes de la Segunda Guerra Mundial.
Los misioneros católicos romanos fueron los primeros en entrar al Japón a mediados del siglo XVI. Por cincuenta años ellos trabajaron con inusitado éxito, pero la severa persecución gubernamental los interrumpió. Aunque el Comodoro Perry abrió el Japón al mundo exterior en 1853, la actividad misionera se retrasó hasta 1873, después de lo cual decenas de cuerpos denominacionales empezaron la obra en el Japón.
El naciente espíritu nacionalista del Japón después de 1900, creó problemas a los misioneros cristianos, como lo hizo la industrialización de la nación, que proveyó las circunstancias de Toyohiko Kagawa. Antes de la Segunda Guerra Mundial había menos de cuatrocientos mil cristianos en Japón, en una población de ochenta y cinco millones. Después de la guerra parecía que muchas oportunidades para los cristianos estaban llamando desde la isla, pero muchas de estas puertas se están cerrando ahora.
Los holandeses empezaron la obra misionera en Formosa en la primera mitad del siglo XVII, pero con el derrocamiento del gobierno holandés la obra se detuvo. Los misioneros católicos romanos empezaron su obra dos siglos después, como lo hicieron los protestantes. El número de misioneros ha aumentado desde el cierre de China y la militarización de esta isla.
El cristianismo coreano, después de un período de inusitadamente rápido crecimiento antes de 1910, sintió el agostador efecto de la dominación japonesa. Antes de la Segunda Guerra Mundial se informó que los comunicantes protestantes ascendían a poco menos de 150,000.

OCEANÍA

Las diversas islas del sur del Océano Pacífico conocido como Oceanía, también han sido objeto de las misiones cristianas. Los adherentes antes de la Segunda Guerra Mundial ascendían casi a medio millón.

ALGUNAS OBSERVACIONES FINALES

El movimiento cristiano enfrenta hoy problemas y decisiones de primordial importancia. Algunos de ellos se discutirán brevemente para completar la historia.

SOBRENATURALISMO ENTRE RACIONALISMO.

Por más de mil años los filósofos cristianos han luchado con el problema del sobrenaturalismo. ¿Trasciende a los poderes racionales del hombre? ¿Es complementario del proceso del pensamiento lógico, o hay un antagonismo básico entre los dos? ¿Es posible sostener tanto el racionalismo como el sobrenaturalismo?
La filosofía y la teología protestantes del Continente en los siglos XVIII y XIX crecientemente atacaban la creencia en el sobrenaturalismo como innecesaria e insostenible. En el siglo XX se ha hecho un nuevo enfoque.
Intenta conservar la idea de un Dios trascendente y reconoce al hombre como creatura dependiente. Sin embargo, el concepto radical de la persona de Cristo y la negación de la realidad de una revelación histórica divina que ha caracterizado al ala liberal de este movimiento, produce casi el mismo dilema que enfrenta la continuación del racionalismo de tipo antiguo, a saber, ¿conoce este orden del mundo alguna intervención histórica sobrenatural de Dios? Muchos liberales niegan enfáticamente que el mundo haya conocido o pueda conocer tal intervención sobrenatural.

¿CUÁL ES LA CONCLUSIÓN LÓGICA DE UNA NEGACIÓN DEL SOBRENATURALISMO?

Demanda una desviación consciente de las Escrituras del Nuevo Testamento y del movimiento cristiano histórico. Refutar la resurrección sobrenatural de Cristo de entre los muertos es refutar una doctrina básica del cristianismo (ver 1Co. 15:13 sigs.). No puede haber cristianismo sin una resurrección sobrenatural.
Cuando se llega a este punto: la reducción del cristianismo a un relato no sobrenatural de las enseñanzas éticas de un hombre que tenía desvaríos acerca de sus propias relaciones con Dios y engañaba a otros en este punto, lo único que parece justo es negar que tal sistema teológico deba ser llamado cristianismo. Muchos calificarán tales conclusiones de cándidas, pero eso no va a arreglar el problema.
Indudablemente este siglo será testigo de un osado esfuerzo por separar a Cristo del movimiento cristiano. La dirección general de la teología liberal contemporánea parece ser la confrontación existencial por una deidad misteriosa y despersonalizada, que está impedida, ya sea por una soberanía limitada o por un amor limitado, de ayudar a la gente necesitada en el orden temporal de este mundo.

MISIONES ENTRE NACIONALISMO.

El vasto programa misionero de los últimos dos siglos ha estado entre los movimientos heroicos de la historia humana. Hay una seria duda, sin embargo, acerca de si la pauta que se ha estado siguiendo en estos dos siglos podrá continuar. El desarrollo de un fuerte espíritu nacionalista entre las nuevas naciones del mundo constituye un desafío al orden establecido de las misiones.
En algunos casos las misiones ya son consideradas como un esfuerzo por suplantar la cultura nativa con una extranjera, y hay resentimiento por eso. Pese a las vidas sacrificiales de misioneros anteriores, algunos todavía sospechan que el movimiento misionero es un preludio de infiltración política y económica. Además, el hecho de que América está dando amplia ayuda a todas partes del mundo, indirectamente ha producido reacción en contra de las misiones.
Ahora se proporcionan los fondos americanos en muchos países extranjeros para diversos servicios que antes se llevaban a cabo exclusivamente por medio de las misiones. Los gobiernos que anteriormente admitían misioneros en su territorio para obtener las ventajas de esos servicios e instituciones, ahora se están dando cuenta que ellos pueden proporcionar sus propios servicios e instituciones sin permitir que los extranjeros trabajen en sus países.

FE ENTRE EL SECULARISMO.

La preocupación del género humano por las cosas siempre ha sido un estorbo para el progreso cristiano. Nunca ha sido más amenazadora que en esta generación. Los hombres se han vuelto crecientemente indiferentes a las cosas espirituales. La hostilidad hacia el cristianismo incluso ha sido reemplazada en muchos casos por una gozosa ignorancia de los valores religiosos. Esto, básicamente, constituye la naturaleza subversiva de Rusia comunista. Su política religiosa se ha originado principalmente en motivaciones reaccionarias y políticas. El indiferentismo de Rusia por las cosas espirituales puede, a la larga, ser más dañino para las naciones bajo su dominio, que la antigua política de persecución.

DENOMINACIONALISMO ENTRE ECUMENISMO.

El movimiento ecuménico ha hecho grandes avances durante este siglo. Que vaya a remplazar al Denominacionalismo es un asunto abierto a serias dudas. Todavía hay considerable división entre los adherentes del movimiento sobre si la federación o la unión orgánica es la meta final. La unión orgánica no es deseada por muchos que quieren federarse a cooperar en áreas donde eso es posible.
La Iglesia Católica Romana ha puesto bien claro que ellos no tienen interés en una unión eclesiástica, a menos que todos los otros cristianos deseen afiliarse con ellos en sus propios términos. Esto parece un anuncio de muerte para cualquier propósito final de un cristianismo unido.

COMPENDIO FINAL

El siglo XX está lleno de más oportunidades y más peligros para el cristianismo que en cualquier otro siglo en mil años. Las rápidas comunicaciones y la amplia ilustración han puesto nuevos límites al misionero: ahora se ve obligado a ofrecer un cristianismo a los que lo ven imperfectamente vivido en la propia tierra del misionero. El mahometismo crecientemente está desafiando al cristianismo a ser leal al género humano. La creciente influencia del gigante ruso es un desafío tan religioso como político.

EL PERÍODO CONTEMPORÁNEO Y LA INTERPRETACIÓN BÍBLICA

El S. XX (y ahora el S. XXI) ha visto grandes cambios en el campo de Hermenéutica, sobretodo por la influencia de Karl Barth y Rudolf Bultmann, así como de otros campos como criticismo literario, filosofía y aún ciencia. Lo ocurrido en el siglo pasado fue en reacción al método crítico histórico del S. XIX donde el significado histórico fue enfatizado hasta que la Escritura perdiera relevancia para nuestro tiempo.
El S. XX vio el nacimiento del llamado Nuevo Criticismo que enfatiza el supuesto significado que el texto tiene en sí mismo, es decir, aparte del propósito o intención original de su autor. Cuando intérpretes aplican este principio a la Biblia la historia de la Biblia es minimizada y lo que el lector considere que es el significado toma precedencia – la interpretación se vuelve subjetiva.
En el presente, la mayoría de las interpretaciones se pueden catalogar en tres clases: aquellas que ven al texto como autónomo, aquellas que elevan el rol del lector (o intérprete) y aquellas que consideran suprema la intención del autor.
Debemos reconocer, sin embargo (en la buena providencia de Dios) que en nuestras iglesias la Hermenéutica ha vuelto a su debida importancia. Los pastores y predicadores están buscando prepararse mejor, libros están siendo publicados, escuelas establecidas y la Hermenéutica bíblica (cuyo nacimiento hemos trazado a Esdras, a través de la enseñanza de nuestro Señor y Sus apóstoles, en los predicadores fieles a su llamado aún en la edad post-apostólica y en la oscura edad media, hasta llegar al nuevo amanecer de la Reforma, y en los escritos y confesiones Puritanas, y a pesar de los ataques de los neo-ortodoxos, llegamos a nuestros días) esa Hermenéutica bíblica está de nuevo siendo enseñada y practicada.
¿Cuál es esa Hermenéutica bíblica? Nada mejor que ver ejemplos bíblicos de ella, y así pasamos a la tercera unidad: El Uso del AT por el NT.